Joana Videgain Luzar

Durante años, seguí el camino que muchos considerarían exitoso: estudios rigurosos, una carrera universitaria destacada y un puesto en grandes empresas como controladora de gestión. Había cumplido con todas las expectativas, siguiendo lo que se suponía que debía hacer. Como buena alumna, respondí a las expectativas de mi entorno y honré los sacrificios de mi familia. Pero en el fondo, sentía que algo no encajaba; cada día me alejaba más de mi felicidad y mi desempeño se veía afectado.

Finalmente, mi cuerpo dio la alarma con un burnout traumático.

Este primer golpe fue el comienzo de una búsqueda personal y profesional que me llevó a realizar múltiples transiciones: geográficas, de industrias y de profesiones. Aunque esta búsqueda fue incómoda en algunos momentos, me permitió cumplir un sueño de infancia: vivir y viajar al extranjero. Budapest, Madrid, Ciudad de México, Managua, Houston, Bilbao… Desde hace más de seis años, Bilbao es mi campamento base, mientras continúo explorando el mundo.

A lo largo de esta exploración, comencé a identificar lo que realmente me hacía vibrar. Poco a poco, fui construyendo una carrera que se alinea con quién soy y que tiene sentido para mí. Hace más de diez años, me convertí en consultora para emprendedores de impacto. Desde entonces, dos preguntas me apasionan:

1. ¿Qué impacto quieres realmente tener con tu empresa? ¿Con tu vida?

2. ¿Qué «presente» quieres vivir?

Estas preguntas, tan simples de formular como difíciles de responder, tienen la virtud de clarificar un rumbo. Una vez definido este rumbo, todas las estrategias —ya sean de negocio, financieras o personales— se alinean de manera natural.
Todos somos los CEOs de nuestra propia vida y carrera.

Como coach, disfruto siendo testigo de las transformaciones que experimentan mis clientes una vez que encuentran su verdadera dirección.